sábado, 12 de mayo de 2018

Historia de España. Temas EBAU.- Los Reyes Católicos.


LOS REYES CATÓLICOS: CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO MODERNO                                                                 

Introducción.En el tránsito de la Edad Media a la Edad Moderna, el reinado de los Reyes Católicos constituye una de las etapas más decisivas de la historia de España. Diversos acontecimientos producidos en ese periodo corroboran esa afirmación: se asientan los cimientos para la creación de un futuro estado español; se consolida el sistema de monarquía autoritaria; se produce una gran expansión territorial e imperialista por el Atlántico (cuya culminación es el descubrimiento de América), a la vez que se acentúa la tradicional política expansiva de la Corona de Aragón por el Mediterráneo; acaba el último reducto político del Islam con la conquista del reino nazarí; se incorporan a la corona hispánica los territorios del reino de Navarra, las islas Canarias y la plaza de Melilla; se pretende lograr la unificación religiosa en torno al cristianismo, por lo que fueron expulsados los judíos; nace la moderna Inquisición; y la lengua castellana consigue su “mayoría de edad” con la publicación de la primera Gramática, etc. 
La unión matrimonial de Isabel I (reina de Castilla desde 1479 hasta 1504) y Fernando II (rey de Aragón entre 1479 y 1516) se había producido en 1469. El título de Reyes Católicos lo obtuvieron del papa valenciano Alejandro VI. Se plasmaba así la unión dinástica de las coronas de Aragón y Castilla, lo cual constituiría la base de la futura unificación política española. No obstante, la unión personal de los dos monarcas no suponía en absoluto la creación de un solo estado compuesto por la suma de Aragón y Castilla; antes bien, éstos siguieron constituyendo dos reinos independientes, cada uno con sus propias instituciones y signos de identidad: moneda, lengua, cortes, aduanas, etc. Los aragoneses eran extranjeros en Castilla y viceversa. En la práctica, Fernando intervino más en los asuntos castellanos que Isabel en los aragoneses. También recayó principalmente en el rey aragonés la estrategia a seguir por ambos estados en cuanto a la política exterior. Sin embargo Castilla era el estado más extenso, más rico y más poblado (unos 7 millones de habitantes frente a sólo un millón de Aragón). Esta posición de predominio explica que la futura creación del estado español se cimente sobre la base del reino castellano.
-       La política interior
En Castilla, que era el territorio más poderoso, sus instituciones eran similares en todo el reino y más fácilmente controlables por el poder real. Esto explica la preferencia de ambos reyes por este reino. En la Corona de Aragón el poder del rey estaba más limitado que en Castilla, pues cada uno de los tres reinos disponía de sus propias instituciones. Así pues, la supremacía de Castilla acabó favoreciendo la difusión de sus costumbres, leyes y lengua por el resto de los territorios.
La política interior de los Reyes Católicos tenía como objetivo fortalecer los poderes del Estado. Para ello crearon organismos nuevos, como la Santa Hermandad (1476), que actuó en Castilla. Su finalidad era mantener el orden en los caminos, pero en algunos conflictos (la guerra de Granada) también actuó como un ejército al servicio de los reyes.
En la misma línea de reforzamiento del Estado se debe situar su intento de mantener a la Iglesia sometida a su autoridad. Los Reyes Católicos consiguieron del papado que la Inquisición española dependiera de la monarquía y no de Roma. También intentaron revitalizar las regalías, que suponían, entre otras cosas, un control en el nombramiento de obispos.
Pretendieron también mejorar ciertos aspectos de la vida eclesial: corregir las desviaciones de los cargos eclesiásticos y mejorar su formación. Esta política de los Reyes Católicos alcanzó algunos éxitos con la ayuda de clérigos reformadores como el cardenal Cisneros.
Otro de los elementos que configuraron la política interior de los monarcas fue la consecución de la unidad religiosa. Ambos reyes pretendieron que todos sus súbditos practicasen la misma religión, y para ello se creó el Consejo de la Suprema Inquisición (1478). La Inquisición española fue también un medio para reforzar el poder real en toda la monarquía, porque era la única institución que tenía jurisdicción tanto en Castilla como en Aragón y que dependía directamente de los monarcas.
El uniformismo religioso se concretó en la expulsión de los judíos decretada por los monarcas en 1492. Afectó a unas 70.000 personas, de las que la mayor parte se exilió a Portugal, Marruecos y diversas ciudades europeas. Los judíos sefardíes[1] mantuvieron viva su cultura durante muchos siglos. Otros 50.000 judíos optaron por convertirse al cristianismo para permanecer en España; sin embargo, esto no supuso el fin de sus problemas, ya que fueron vigilados y perseguidos por la Inquisición.
La persecución de los mudéjares también comenzó pronto; en 1499, tras una rebelión musulmana en la Alpujarras, se produjo un bautismo forzoso y masivo. Poco más tarde serían expulsados de Castilla (1502) y de Aragón (1526). Se lograba así el objetivo de los Reyes Católicos de conseguir un Estado más homogéneo, cohesionado por el factor religioso.
Los Reyes Católicos no unificaron las estructuras políticas de sus reinos y tuvieron que mantener intacta la legislación foral y las instituciones de cada reino. Pero intentaron reforzar los organismos que favorecían su poder real y aplicar una política autoritaria y centralizadora.No obstante, en la Corona de Aragón la actuación fue mucho menos efectiva que en la de Castilla, ya que sobrevivía el pactismo y las instituciones forales imponían restricciones a la actuación de los reyes.
La política institucional que emprendieron los Reyes Católicos se orientó a crear una monarquía autoritaria y fuerte frente a los otros grandes poderes: la nobleza, la Iglesia y las ciudades. Pretendían socavar los privilegios políticos de estos grupos y hacer más efectiva la administración del Estado. Para ello reformaron instituciones ya existentes, especialmente en Castilla:
§  En las Cortes de Toledo de 1480 se reorganizó el Consejo Real de Castilla, que se constituyó en el principal órgano de gobierno. Se profesionalizó la institución y, aunque nobles y eclesiásticos formaban parte de ella, los monarcas introdujeron en su composición funcionarios con formación jurídica. Con esta medida la aristocracia perdió influencia política. Sus funciones eran muy amplias: desde tribunal supremo hasta órgano asesor del rey en cuestiones internas y externas, hacendísticas, etc. Existían también otros consejos (de Aragón –creado en 1494–, de Navarra, de las Indias, de la Inquisición, de Hacienda y de las Órdenes Militares). Todos estos consejos conformaban el llamado Sistema Polisinodial, que fue completado durante los siglos XVI y XVII.
§  Se crearon nuevos cargos. Los secretarios reales eran funcionarios reales con formación en leyes y de la confianza de los monarcas, que efectuaban tareas de conexión entre los consejos y los reyes. Los virreyes eran los representantes de los soberanos en los territorios en los que estos no se hallaban presentes –Navarra, Aragón, Valencia, etc.
§  Se redujo el papel de las Cortes de Castilla. Su importancia política fue decayendo, ya que algunas de sus funciones fueron asumidas por los consejos. Sus reuniones se espaciaron y solamente se convocaban para jurar el heredero al trono o para aprobar subsidios extraordinarios.
§  En la administración municipal castellana se revitalizó el cargo de corregidor. Era un puesto de designación real que gobernaba las ciudades con competencias administrativas, judiciales y militares. Su actuación limitó la autonomía de los municipios y el poder de las oligarquías locales, lo cual favorecía la autoridad real.
§  Se reorganizó el sistema judicial, escalonando la importancia de los tribunales: los corregidores a nivel local, las Chancillerías o Audiencias a nivel regional (Valladolid y Ciudad Real, luego Granada) y el Consejo Real de Castilla (tribunal supremo)
En la Corona de Aragón las reformas tuvieron menos importancia. Destacaron la introducción de la figura del virrey –y del sistema de insaculación[2] para elegir los cargos municipales. Pero la introducción de la Inquisición reforzó el poder real, ya que estaba bajo el control de los monarcas y tenía amplias competencias.
-       La política exterior
La política exterior de los Reyes Católicos estuvo presidia por la consecución de tres grandes objetivos:
§  La unificación de la península Ibérica. El primer acto consistió en la conquista del reino nazarí de Granada (1492), que fue una continuación del espíritu de reconquista y se justificó como una cruzada contra los musulmanes. Las hostilidades se iniciaron en 1482 y se prolongaron hasta 1492, fecha de la toma de la capital del reino nazarí.
El segundo paso de este proceso fue la conquista de Navarra, un territorio disputado entre los Reyes Católicos y Francia. El rey Fernando anexionó el reino a Castilla en 1512, aunque siguió conservando sus instituciones y sus fueros. Por último, la política hacia Portugal fue la del acercamiento mediante enlaces matrimoniales.
§  La continuidad de la expansión hacia el Mediterráneo y hacia el Atlántico. En el Mediterráneo el objetivo principal fue frenar los intentos franceses de ocupar el reino de Nápoles, que quedó integrado definitivamente en la Corona de Aragón en 1503. Otro centro de interés en el Mediterráneo era el norte de África. En esta zona se conquistaron diversos enclaves: Melilla en 1497, Orán y Trípoli hacia 1510, etc. Con estas conquistas se pretendía evitar las actividades de los piratas berberiscos y detener el avance turco por el Mediterráneo occidental.
En el Atlántico, la política de los Reyes Católicos se orientó a completar la conquista de las islas Canarias, enclave estratégico en las rutas comerciales hacia África y, desde 1492, hacia Asia y América. La completa anexión del archipiélago a Castilla se produjo en 1496.
La política atlántica de la monarquía culminó con el descubrimiento de América en 1492 y la incorporación paulatina de todas estas tierras a la Corona de Castilla.
§  El establecimiento de una diplomacia determinada por el enfrentamiento con Francia. Los intereses de ambos reinos se enfrentaban en Navarra, en el Rosellón y la Cerdaña, y en Italia. Por ello, la corona española buscó aliados contra Francia. Entre estos destacaron Inglaterra, el papado y el Sacro Imperio. Tanto con Inglaterra como con el Sacro Imperio se sellaron alianzas matrimoniales. Así, por ejemplo, se concertó el matrimonio entre Felipe el Hermoso, hijo del emperador Maximiliano de Austria, y Juana de Castilla, hija de los Reyes Católicos.

Conclusión.El reinado de los Reyes Católicos marcó un antes y un después en la Historia de España. Se inicia con una guerra civil interna y termina con una monarquía fuerte, que integra los poderes rivales de nobleza e iglesia, y consiguen cimentar una política exterior que sitúa a España en el centro de la toma de decisiones de Europa. Además, unifican un territorio al amparo del reino más fuerte del momento, Castilla, y sientan las bases para las futuras incorporaciones de Navarra y Portugal. Además, consiguen proyectarse hacia el norte de África y, sobre todo, descubren un “filón” inagotable que será América. Todos estos logros también están mezclados con aspectos más discutibles, como será la uniformidad religiosa que perseguirá y eliminará los grupos judío y musulmán.


[1]Sefardí: judío descendiente de los judíos españoles desterrados en el siglo XV. Ellos llamaban a España con el nombre de Sefarad.
[2]Insaculación: sistema de elección de cargos que consistía en la introducción en un saco o bolsa de los nombres de los aspirantes para, después, extraer por suerte uno o varios de ellos. En la Corona de Aragón se insaculaba a las personas de una lista previamente aprobada por el monarca.

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