jueves, 27 de abril de 2023

Bach. Historia de España.- Trabajamos con textos: La repoblación.

Bachillerato HISTORIA DE ESPAÑA: TRABAJAMOS CON TEXTOS

La Repoblación: Carta puebla de Alfonso I de Aragón, 1126.

 El sistema de presura.

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Yo Alfonso concedo esta carta a vosotros cristianos mozárabes, a los cuales yo saqué con el auxilio divino, del poder de los sarracenos y conduje a tierras cristianas.

Me complace porque abandonasteis vuestras casas y vuestras heredades y vinisteis a poblar mis tierras, concederos buenos fueros en toda mi tierra, que seáis libres y francos vosotros y vuestros hijos, en todo cuanto podáis poblar y trabajar en las villas y términos que yo os daré. Vosotros mozárabes no daréis lezda en todas mis tierras en los mercados que hagáis, ni haréis hueste ni cabalgada y tendréis todos vuestros juicios en vuestra puerta. Andaréis libres y seguros por toda mi tierra sin que nadie os haga daño, pero si alguien os agravia pagará multa de mil maravedís…” Año 1126. 

Extraído de Lacarra, J.M., Documentos para la reconquista y repoblación del valle del Ebro.

 

Naturaleza, autor, destinatario y fecha de elaboración.

El texto propuesto es una Carta Puebla, es decir, un contrato o concesión regia por la que se otorgaban privilegios o fueros a los individuos que repoblaban una zona con el fin de atraerlos al lugar. La carta-puebla regula las relaciones con el señor o el rey en este caso y las normas jurídicas por las que se regirá la comunidad. Se trata, por tanto, de un texto de naturaleza jurídica.

Es, asimismo, una fuente directa o primaria.

El autor del texto es Alfonso I de Aragón, conocido como el Batallador. Según nos informan las crónicas, incluso las árabes, Alfonso I destacó por su valor y su fe[1]. Su fe y su valor le llevaron a protagonizar una considerable expansión territorial en detrimento de los musulmanes, conquistando incluso Zaragoza. Su espíritu militar y su profunda religiosidad de llevaron a albergar la idea de una gran cruzada contra los musulmanes que comenzaría en Hispania y acabaría con la recuperación de Jerusalén. Fue sólo un sueño.

Se trata de un documento público, concretamente, el texto va dirigido a los mozárabes, cristianos que mantuvieron fieles a su religión en territorio musulmán. Estos mozárabes llegaron a Aragón tras incorporarse a la expedición que Alfonso I realizó en Al-Ándalus en 1125-1126. En una primera etapa los mozárabes gozaron de una vida tranquila en Al-Ándalus, al contar con la protección del poder musulmán que les necesitaba para el funcionamiento administrativo del Estado. Sin embargo, la posición de los mozárabes en Al-Ándalus fue degradándose como consecuencia de la intransigencia religiosa que impusieron los almorávides. Esta será la causa de su huida de Al-Ándalus, buscando refugio en los reinos cristianos.

La fecha de elaboración del texto es el año 1126, primer cuarto del siglo XII, momento que corresponde con la segunda fase de la reconquista. Ese año, como ya sabemos, Alfonso I de Aragón llevó a cabo una campaña militar en Al-Andalus, de la que volvió con un importante contingente de mozárabes que colaboraron en la repoblación del valle medio del Ebro. El avance cristiano se vio favorecido por la fragmentación de Al-Andalus en los segundos reinos de taifas.

Análisis:

Ideas principales.

La primera idea a reseñar es la relación entre la concesión de una carta puebla y el proceso repoblador de las tierras ganadas al Islam “Yo Alfonso concedo esta carta a vosotros cristianos mozárabes (…) vinisteis a poblar mis tierras”.

El texto indirectamente nos informa de la precaria situación en que vivían los mozárabes bajo la dominación musulmana en Al-Ándalus, cuando dice: “(…) a vosotros cristianos mozárabes, a los cuales yo saqué con el auxilio divino, del poder de los sarracenos[2] y conduje a tierras cristianas”. Recordemos que los mozárabes vieron empeorar su situación en Al-Ándalus tras la llegada de los almorávides, quienes impusieron la intolerancia religiosa.

Para asegurar el dominio sobre los territorios ganados al Islam, se llevó a cabo la repoblación de las tierras incorporadas a los poderes cristianos. Un método eficaz para atraer pobladores era otorgarles franquicias, privilegios o fueros.

Entre los privilegios concedidos por Alfonso I en esta Carta-puebla a los mozárabes figuran:

§  En primer lugar, los mozárabes gozan de la condición jurídica de libres y francos. El término franco, en este contexto, debe tomarse bajo la acepción de individuos que disfrutan de franquicias y privilegios. Por su parte, la condición de libre quiere decir que no están sometidos a ningún poder señorial, no son, por tanto, vasallos o siervos.

§  Disfrutarán de privilegios fiscales, como la exención en el pago de la lezda. La lezda era un tributo que gravaba el transporte de mercancías para venderlas en los mercados. Este tributo se pagaba por la autorización del rey o el señor para practicar la actividad mercantil.

§  Estarán dispensados de prestar servicios militares. Según la legislación feudal todos los vasallos estaban obligados a la prestación militar cuando sus señores les convocaban. Según el texto los mozárabes están exonerados de esta obligación cuando afirma, “Vosotros mozárabes (…) ni haréis hueste[3] ni cabalgada[4] (…)”.

§  Privilegios judiciales. La jurisdicción de la que dependan estos mozárabes serán los tribunales reales establecidos en sus poblaciones.

§  Se les proporciona una especial protección por parte del rey al sancionar que todo aquel que moleste o agravie a los mozárabes serán objeto de una sanción pecuniaria. “Andaréis libres y seguros por toda mi tierra sin que nadie os haga daño, pero si alguien os agravia pagará multa de mil maravedís…”. Teniendo la alta cuantía de la multa establecida, es posible pensar que el rey pretendiera con esta medida defender los derechos de los mozárabes frente a alguna agresión o intento de la nobleza de someter a los mozárabes, menoscabando sus derechos.

Las cartas puebla fueron documentos fundamentales para repoblar los territorios ganados al Islam en la Península Ibérica, asegurando la defensa de los territorios ocupados por la conquista cristiana.



[1] El cronista árabe Ibn al-Atir dijo de Alfonso I que “ningún príncipe cristiano le superó en valor”.

[2] El adjetivo sarraceno se empleaba para referirse a los musulmanes que protagonizaron la expansión del Imperio islámico. Durante la Reconquista se utilizó para designar a los musulmanes de Al-Ándalus.

[3] Ante la ausencia de un ejército permanente y profesional, los reyes y señores de este momento obligaban a sus vasallos a prestar servicios militares para afrontar una campaña o acción militar. Ese ejército reunido ocasionalmente recibe el nombre de hueste.

[4] La cabalgada era un tipo de guerra fronteriza llevada a cabo contra los musulmanes con la única finalidad del pillaje. Su objetivo era ocasionar destrozos al enemigo, hacer prisioneros y obtener el mayor botín posible

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