Trabajamos con textos: La crisis del Antiguo Régimen.
El Tratado de Fontainebleau
“
Art. 1º. La provincia de Entre-Duero y Miño con la ciudad de Oporto se dará en
toda propiedad y soberanía de S.M. el rey de Etruria con el título de Rey de la
Lusitania Septentrional.
Art.2º.
La provincia de Alentejo y el reino de los Algarbes, se darán en toda propiedad
y soberanía al Príncipe de la Paz, para que las disfrute con el título de
Príncipe de los Algarbes.
[…]
Art. 11º. S.M. el emperador de los franceses sale garante a S.M. el rey de
España de la posesión de sus estados del continente de Europa situados a
mediodía de los Pirineos.
Convención secreta anexa
Art.
I. Un cuerpo de tropas imperiales francesas de veinte y cinco mil hombres de infantería,
y de tres mil hombres de caballería entrará en España y marchará en derechura a
Lisboa: se reunirá a este cuerpo otro de ocho mil hombres de infantería y de
tres mil de caballería de tropas españolas con treinta piezas de artillería.
Art.
II. Al mismo tiempo una división de tropas españolas de diez mil hombres tomará
posesión de la provincia de Entre Miño y Duero y de la ciudad de Oporto; y otra
división de seis mil hombres, compuesta igualmente de tropas españolas tomará posesión
de la provincia de Alentejo y del reino de los Algarbes.
Art.III.
Las tropas francesas serán alimentadas y mantenidas por la España, y sus sueldos
pagados por la Francia durante todo el tiempo de su tránsito por España.
[…]
Art. VI. Un nuevo cuerpo de cuarenta mil hombres de tropas francesas se
reunirán en Bayona, a más tardar el 20 de noviembre próximo […]. Este nuevo
cuerpo no entrará sin embargo en España, hasta que las dos Altas Potencias
contratantes se hayan puesto de acuerdo a este efecto.
[…] Hecho de Fontainebleau, a 27de octubre de 1807.
Duroc-Izquierdo”
TRABAJAMOS
CON TEXTOS: Comentario guiado à cuestiones.
1.
Clasificación del texto: naturaleza, autor y circunstancias en las que fue
escrito.
2.
Análisis de las ideas principales y secundarias.
3.
Cuestiones à contexto.
a) La privanza de
Godoy.
b) Godoy y Napoleón.
La política exterior española entre 1799 y 1808.
c)
Trafalgar: el inicio del fin del imperio colonial español.
1.-Clasificación del
texto
Estamos
ante una fuente histórica primaria de naturaleza jurídico-política,
ya que el texto nos ofrece unos fragmentos de un tratado internacional que
establece una alianza político-militar entre el imperio napoleónico y la
monarquía española. El tratado de Fontainebleau fue acordado el 27 de octubre
de 1807, entre la Francia de Napoleón y la España de Carlos IV, con
el objeto de repartirse los territorios de Portugal y hacer así efectivo el
bloqueo continental contra Gran Bretaña. Los respectivos plenipotenciarios
firmantes fueron el general francés Géraud Duroc y el diplomático
español Eugenio Martín Izquierdo. Como consecuencia de este tratado,
entraron en la Península 100.000 soldados franceses, que se instalaron en las
plazas fuertes de San Sebastián, Pamplona y Barcelona, y, en camino hacia
Portugal, en Valladolid, lo que provocó en toda España un sentimiento
antifrancés y en contra de Godoy. A principios de 1808 no era difícil
vislumbrar el plan de Napoleón: ocupar los tres puertos más importantes de la
Península (Barcelona, Cádiz y Lisboa). Ante las intenciones francesas, Godoy
propuso el traslado de la familia real a Andalucía, desde donde sería fácil
dirigirse a los territorios americanos.
2.-Análisis
de las ideas primarias y secundarias
La
idea principal del texto es la división que en virtud de este tratado
franco-español se hace del territorio portugués. Los artículos 1º, 2º y 11º de
dicho pacto acuerdan la formación de un Reino de a Lusitania Septentrional
formado por las provincias de Entre-Duero y Miño, con la ciudad de Oporto, que
sería entregado al rey de Etruria (art. 1º); la entrega en propiedad a Godoy de
la provincia portuguesa del Alentejo y el reino de los Algarbes con el título
de Príncipe de los Algarbes (art. 2º); asimismo Napoleón garantiza a Carlos IV
la posesión de todos sus estados del continente europeo situados a mediodía de
los Pirineos (art. 11º).
En
artículos incluidos dentro de una convención secreta, anexa a dicho pacto, se
marca la conformación de las tropas (nacionalidad, número, proporción de infantería,
artillería y caballería) que se dirigen a Lisboa (art. I) y de las divisiones
que conquistarán y ocuparán la provincia de Entre Miño y Duero, con la ciudad
de Oporto, y la provincia de Alentejo y el reino de los Algarbes (art. II). El
artículo III establece que las tropas francesas, aunque pagadas por el
emperador, durante su tránsito por España serán alimentadas y mantenidas por la
monarquía hispana. El artículo VI establece el posicionamiento de un cuerpo de
cuarenta mil hombres en la ciudad francesa de Bayona, que, previo acuerdo de
las potencias firmantes, entrará en territorio peninsular si fuera preciso.
3.-Cuestiones
a).- La privanza de Godoy.
Manuel
de Godoy y Álvarez de Faria ingresó en el cuerpo de Guardias de Coros en 1784 y
pronto consiguió la protección de Carlos IV y de la Reina María Luisa.
Nombrado duque de Alcudia y consejero de Estado desplazó al conde
de Aranda como primer ministro en 1792; desde esta fecha dirigió
la política española. Su nombramiento como primer ministro en sustitución
de Aranda estuvo determinado por la necesidad de contar con una persona desvinculada
de la administración anterior y capaz de iniciar una política hostil con
Francia, sobre todo después de la ejecución de Luis XVI en
enero de 1793. Tras dos años de guerra, Godoy firmó la Paz de
Basilea con Francia (julio de 1795), por la que recibió el título de Príncipe
de la Paz. Desplazado del poder entre 1798 y 1800, estableció una alianza con
Napoleón y dirigió la Guerra de las Naranjas (1801). Siguiendo
las pautas marcadas por Napoleón, firmó el Tratado de Amiens (marzo
de 1802), por el que España obtuvo de Gran Bretaña la confirmación
del control sobre la isla de Menoría a cambio de Trinidad. La oposición favorable
al príncipe Fernando preparó una conspiración antigodoista (Proceso de El
Escorial de 1807), aunque la definitiva caída del favorito se
produjo a raíz del Motín de Aranjuez, el 18 de marzo de
1808. Después acompañó a los reyes en su exilio y murió en 1851 en París.
b).-Godoy y Napoleón. La política exterior española
entre 1799 y 1808.
A
partir de la llegada al poder de Napoleón Bonaparte, en 1799, la corte de
Madrid se convirtió en una mera comparsa de la política
expansionista francesa. El intervencionismo francés en la política
hispana obligó a Godoy a dirigir la invasión de Portugal en 1801 –guerra de las
Naranjas- con el objetivo de cerrar los puertos lusos al comercio
inglés. En 1802, Francia e Inglaterra firmaron la paz de Amiens;
pero la reanudación de hostilidades entre ambas potencias
arrastró a la España de Carlos IV a una guerra no deseada y de trágicas consecuencias.
En efecto, las derrotas navales hispano-francesas de Finisterre y Trafalgar
(1805) ante la escuadra de Nelson, supusieron la destrucción de
la mayor parte de la armada y la incomunicación con nuestras
posesiones americanas, que hizo imparable el hundimiento económico
del país.
Los
desastres bélicos, el arrinconamiento político de la alta nobleza y el disgusto
del clero a causa de las medidas desamortizadoras unieron a la
oposición en torno al príncipe de Asturias, el futuro Fernando
VII, quien no congeniaba con Godoy.
Tanto
el favorito de Carlos IV como el príncipe Fernando habían tratado de ganarse la
amistad de Napoleón, que estaba entonces ocupado intentando asfixiar
la economía británica. El emperador había decretado el
establecimiento de un bloqueo comercial que interrumpiese los contactos
ingleses con el continente. El cumplimiento de dicho proyecto no era posible
sino se contrarrestaba el contrabando y la violación de dicho
bloqueo continental que se realizaba desde las costas portuguesas
y que permitía el aprovisionamiento de Gran Bretaña. Para ello era
necesario atacar y ocupar Portugal.
Por
el Tratado de Fointanebleau (27 de octubre de 1807), España consentía permitir
el paso de tropas francesas por territorio español con destino a
Portugal, cuyo territorio sería repartido en tres partes
independientes, una de las cuales se le asignaba al propio Príncipe de la Paz.
Atento
a la ocupación clandestina de la Península por los ejércitos napoleónicos,
Godoy tramó la huida de la familia real a Andalucía o a América,
pero su intención se vio frustrada por el motín de Aranjuez (19
de marzo de 1808), que provocó la caída de Godoy y la abdicación de Carlos
IV en favor de Fernando VII. Sin embargo, Napoleón no reconoció a Fernando, y
Carlos IV pronto se arrepintió de su abdicación, en tanto las
tropas francesas, al mando del general Murat entraban en Madrid.
Así
pues, en 1808, Napoleón era el verdadero árbitro de la situación política
española. El destronado Carlos IV y el nuevo rey Fernando VII
esperaban contar con su apoyo. Sin embargo, Napoleón obligó a una
sucesión de abdicaciones y eligió a su hermano José como rey
de España.
c).- Trafalgar: el inicio del fin del imperio
colonial español
Como
consecuencia de los reiterados pactos firmados entre Carlos IV y la Francia de
Napoleón, la monarquía española se convirtió en aliada de una
política exterior francesa que contemplaba como uno de sus
objetivos la invasión de Gran Bretaña. En 1805, el emperador galo diseñó una
estrategia que pretendía lograr ese fin: la flota hispanofrancesa debía
atraer a la británica hacia las costas americanas para luego,
tras despistar a la escuadra de Nelson, retornar al Canal de la
Mancha para apoyar y cubrir el desembarco de tropas francesas en suelo inglés.
Pero el almirante Nelson descubrió la maniobra, apareciendo a la
altura del cabo Finisterre, donde entabló combate (22 de julio de
1805), con el resultado de seis buques de la flota coaligada hundidos.
La escuadra francoespañola, al mando del vicealmirante francés Pierre Charles
de Villenueve, se reagrupó en Ferrol. Posteriormente, en agosto
de 1805, se refugió en el puerto de Cádiz. No obstante, desoyendo
las recomendaciones de los marinos españoles, el vicealmirante
francés ordenó salir a mar abierto y presentar batalla a las fuerzas navales de
Nelson. El 21 de octubre, ambas escuadras se enfrentaron cerca del cabo
de Trafalgar. La fuerza formada por buques franceses y españoles
sumaba un total de 33 navíos. Frente a ellos se alineaban 27
buques británicos con mayor potencia artillera. Los navíos hispanofranceses
maniobraron para presentar una línea, según táctica habitual de la
época, pero el despliegue se realizó de manera defectuosa y de
hecho la línea quedó dividida en dos. Nelson dispuso sus barcos
en dos columnas paralelas y atacó con el objetivo de romper la formación
aliada. Así logró aislar las unidades españolas y las francesas y
aprovechar la superioridad de sus cañones. La derrota de la
armada comandada por Villenueve supuso, no sólo la pérdida de nuestros
mejores barcos y marinos, Federico Carlos Gravina, Cosme Damián Churruca
y Dionisio Alcalá Galiano; sino la reanudación del
comerció inglés a través de Portugal y la pérdida del ya precario
control marítimo español en sus colonias americanas. Después de Trafalgar
declina definitivamente la capacidad naval del país, necesaria para garantizar
su imperio colonial.
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