sábado, 14 de abril de 2018

TEMA EBAU.- Panorama general del reinado de Alfonso XIII. Intentos de modernización; Regeneracionismo y crisis socio-económicas (1902-1923).


TEMA EBAU.- Panorama general del reinado de Alfonso XIII. Intentos de modernización; Regeneracionismo y crisis socio-económicas (1902-1923).

Introducción:
El reinado de Alfonso XIII se inicia en 1902 cuando es coronado rey a la edad de dieciséis años y concluye en 1931 cuando abandona el país con la proclamación de la República. Hasta 1923 reinó estando vigente la constitución de 1876, luego apoyó el golpe de Primo de Rivera y reinó durante su dictadura, y, tras la dimisión del dictador, intentó continuar su reinado volviendo a la constitución canovista.  Fue un intento infructuoso porque a los pocos meses tuvo que ceder paso al nuevo sistema republicano y abandonar el país.

DESARROLLO:

El inicio del reinado de Alfonso XIII estuvo marcado por la crisis de 1898, que impulsó el deseo de cambio. Cambio que intentaron los líderes de los partidos dinásticos como Maura o Canalejas. Pero el corto alcance de las reformas no evitó que el sistema se hundiera poco a poco. Durante el primer tercio del siglo XX se acentuó la crisis del sistema político de la Restauración. Su naturaleza oligárquica no respondía a las demandas una sociedad que había cambiado debido al proceso industrializador y a la creciente urbanización. A esta crisis contribuyó el protagonismo político de Alfonso XIII, quien no renunció al protagonismo político que la Constitución de 1876 le otorgaba. Su responsabilidad en las políticas desarrolladas fue alta. Por todo ello, la oposición al sistema derivó en un rechazo a su persona, que acabó arrastrando a la propia institución monárquica, especialmente tras su apoyo al golpe de Estado del general Primo de Rivera.

INTENTOS DE MODERNIZACIÓN: REGENERACIONISMO
A comienzos del siglo XX el sistema político de la Restauración, sustentado en la Constitución de 1876, era una monarquía liberal pero no democrática y el turno de los partidos dinásticos, sostenido por la oligarquía y el caciquismo comenzó a ser cuestionado por el regeneracionismo, que propuso la modernización política, social y económica de España. El regeneracionismo aglutinaba el malestar de todos los sectores económicos que no se sentían representados en el régimen de la Restauración. Joaquín Costa censuró el sistema político y el falseamiento de la democracia, y propuso una serie de reformas económicas y educativas que se resumían en el lema “Despensa y escuela y siete llaves al sepulcro del Cid” que propugnaba la necesidad de dejar atrás los mitos de un pasado glorioso, modernizar la economía y la sociedad y alfabetizar a la población. Defendía la necesidad de organizar a los sectores productivos de la vida española al margen del turno dinástico con unos nuevos planteamientos que incluyesen el desmantelamiento del sistema caciquil y la transparencia electoral. Surge así una corriente de pensamiento, revisionismo político, que con los argumentos regeneracionistas intentó impulsor la política de la Restauración.
Fueron primero los conservadores, liderados por Silvela, quienes trataron de emprender «reformas radicales». Para ello crearon dos ministerios que encarnaban las reivindicaciones del regeneracionismo: el de Instrucción Pública (Educación) y el de Agricultura; además se retormó la legislación social iniciada en la 1ª República regulando los accidentes laborales y el trabajo de mujeres y niños. La tarea política de Silvela fue continuada por Maura que impulsó el regeneracionismo conservador, entre 1907-1909, con la puesta en marcha de su proyecto de “revolución desde arriba”. Se trataba de hacer profundas reformas políticas que renovaran el sistema sin socavar sus fundamentos. Pretendía crear un estado fuerte y capaz de gobernar, reformar la administración local para erradicar el caciquismo y articular la sociedad en partidos fuertes y apoyados en la opinión pública. El maurismo tenía los siguientes principios:
§  Defender la influencia social de la Iglesia católica frente a las pretensiones de la izquierda de crear un Estado laico.
§  Conectar a la monarquía con la realidad social e incorporar otras fuerzas políticas al sistema, en concreto, el catalanismo conservador de la Lliga.
§  Llevar a cabo una política exterior nacionalista y expansionista en Marruecos que permitiese olvidar el desastre del 98. Por ello, España participó en el reparto de África ocupando Marruecos tras la Conferencia de Algeciras de 1906. Pero su ocupación generó el descontento popular por los reclutamientos forzosos para una guerra que sólo interesaba a unos sectores minoritarios: el ejército (que veía la oportunidad de recuperar el prestigio perdido tras el desastre de 1898, así como un medio de ascenso y de protagonismo político) y los capitalistas interesados en la explotación de las minas de hierro del Rif.
En su dinámica política se topó con problemas  como el catalanismo político de la Lliga regionalista de Prat de la Riba y Cambó que perseguía mayor autonomía, el republicanismo anticlerical de Lerroux, el auge de las asociaciones y partidos obreros y un creciente antimilitarismo alentado por la aprobación de la ley de Jurisdicciones de 1906 y el sistema de cuotas de reclutamiento.  
LA SEMANA TRÁGICA (1909). Estos problemas estallan cuando tras el desastre del barranco del Lobo Maura decide enviar reservistas. lo que provocó numerosas protestas por la resistencia de éstos a embarcarse. La situación estalla en Barcelona (del 26 de Julio al 31 de Julio) cuando a ellos se añade la huelga convocada por socialistas y anarquista derivó en el asalto y quema de edificios religiosos y barricadas en las calles. La autoridad militar proclamó el estado de guerra y estallo una oleada de violencia callejera cuyo balance fue de116 muertos y 300 heridos. La represión fue dura, más de 1500 detenciones, 17 penas de muerte (se ejecutaron 5, entre ellas la de Ferrer i Guardia, pedagogo catalán, anarquista y fundador de la Escuela Moderna). Su ejecución, tras un proceso muy cuestionado, levantó una oleada de protesta en toda Europa, y en España un grito unánime: "Muera Maura”, por lo que fue cesado por el rey.
CANALEJAS emprendió el intento más importante de regeneración del sistema para lograr su progresiva democratización y ampliar las bases sociales del régimen, buscando la integración política de los sectores obreros (lo que él denominó una “República coronada”). Su programa estaba basado en la mejora del sistema parlamentario, la secularización del Estado y la intervención estatal en materia social. Sus ámbitos de actuación fueron:
-        Optó por  la separación entre Iglesia y Estado impulsando la libertad religiosa, incluyendo el fin del monopolio de las órdenes religiosas en el campo de la enseñanza. Intentó aprobar una nueva Ley de Asociaciones Religiosas (la ley del candado) que limitaba el establecimiento de nuevas órdenes religiosas, pero la oposición de los sectores conservadores lo impidió.
-        Reformas sociales: reguló las relaciones laborales de los trabajadores (ley de la jornada máxima de 9 horas en la minería, ley de accidentes de trabajo, seguridad social obligatoria, contratos colectivos de trabajo y regulación del derecho a la huelga).
-        Intento solucionar el problema catalán y las demandas de la Lliga con la Ley de Mancomunidades Provinciales
-        Aprobó la ley de reclutamiento (1912) que estableció el servicio militar obligatorio sin distinciones en caso de guerra.
El asesinato de Canalejas en 1912 dio paso a una serie de gobiernos de corta duración, lo que provocó la fragmentación del sistema de partidos y una creciente inestabilidad gubernamental.
CRISIS SOCIAL, POLÍTICA Y ECONÓMICA: 1917-23
Tras el fin de la I Guerra Mundial se produjo una intensa crisis política, social y económica. Durante el conflicto las cifras macroeconómicas (gracias a las exportaciones a países en guerra) muestran un incremento de la riqueza y un desarrollo de la producción industrial, pero este crecimiento se apoyó en una mano de obra barata. Además, el reparto de dicha riqueza incrementó las desigualdades sociales, pues subieron los precios pero no los salarios. La inflación castigaba a las clases populares. En esta coyuntura los sindicatos obreros crecen y el temor a la vía revolucionaria (ejemplo de la revolución rusa) lleva a los patronos a optar por una política de enfrentamiento directo con éstos. En 1917 estala una triple crisis militar, política y social:
§  Militar: el ejército empezó a cuestionar el sistema interviniendo en la vida política y creó las Juntas de Defensa. El Gobierno intentó disolverlas y detener a sus dirigentes por rebeldía; pero como contaban con el apoyo del rey, el Gobierno tuvo que reconócelas y admitir sus peticiones (junio de 1917).
§  Política: ante el clima de tensión, el gobierno decretó la censura de prensa y la suspensión de las garantías constitucionales y de las Cortes, lo que generó una oleada de protestas. Cambó convocó en Barcelona (julio 1917) una Asamblea de Parlamentarios a la que sólo acudieron la oposición y algunos liberales. Ello originó un movimiento civil que exigió la convocatoria de Cortes constituyentes, la autonomía para Cataluña y la aplicación de un programa reformista que contemplara la realidad plurinacional de España. Estas demandas provocaron una grave crisis política pero la heterogeneidad ideológica del movimiento, dificultó su cohesión, y el rechazo por parte de las Juntas de Defensa que se situaron junto al gobierno, facilitaron la disolución de la asamblea.
§  Social: la tensa situación social y la creciente importancia de los sindicatos favorecieron la creación de un comité de acción conjunto CNT-UGT, que pese a sus diferencia (los socialistas partidarios de una democratización efectiva del régimen y los anarquistas de una revolución social)  que convocó la huelga general revolucionaria 13 de agosto 1917. La movilización se extendió por las principales ciudades de Asturias, el País Vasco, Madrid y Barcelona, así como por Andalucía. Tras cinco días, el ejército reprimió duramente la huelga.
Pero la represión de la Huelga no significó la paz social. El fin de la Primera Guerra Mundial (1918) intensificó la crisis económica; a la inflación de los años de la guerra se unió la contracción de la demanda, que provocó el cierre de empresas, el aumento del paro y rebajas salariales. Así:
§  En Andalucía, la agitación social, baja desde principios de siglo hasta 1917, vivió, entre 1918 y 1920, una etapa de actividad revolucionaria, conocida como el "trienio bolchevique",  provocada por la situación de miseria de los jornaleros agrícolas, la carestía de la vida y la influencia de la Revolución rusa.  
§  En Cataluña las huelgas, los sabotajes y los atentados se sucedieron. La repuesta de la patronal catalana se caracterizó por su dureza: frente a la huelga obrera, el lock-out (cierre patronal de la empresa por decisión del dueño); frente a la acción directa o terrorismo rojo, el terrorismo blanco o contratación de pistoleros y bandas armadas para asesinar a dirigentes obreros y sindicales. Esta situación condujo a la promulgación de la “ley de fugas” que permitía disparar al detenido que intentaba fugarse y que se transformó en un auténtico terrorismo de Estado ya que fue el pretexto legal para disparar por la espalda a cualquier arrestado.
§  En Asturias y Vizcaya la agitación fue una menos violencia, aunque también fueron frecuentes los enfrentamientos entre obreros y la patronal y el gobierno.
De esta forma, entre 1917 y 1023, se produce la quiebra de la monarquía parlamentaria pues aunque hubo tentativas de revitalizar el sistema ninguna pudo realizarse por la falta de entendimiento entre los grupos políticos que formaron diferentes gobiernos de concentración (11 en total). El declive del sistema fue imparable pues a la inoperancia de los gobiernos se sumó la creciente contestación política al régimen, la conflictividad social y el desastre militar en Marruecos (desastre de Annual, 1821, más de 10.000 muertes)
Las protestas populares (motines, disturbios, y huelgas organizadas por la UGT y la CNT) crecieron.  El estallido de la Revolución rusa animó a los republicanos a luchar por una sociedad más democrática, pero provocó un profundo temor en los terratenientes, la burguesía y gran parte de la clase media española, cada vez  más favorable a una solución militar autoritaria que pusiera orden en la sociedad española. Era inaplazable buscar una salida, democrática o autoritaria. El golpe militar, de Primo de Rivera en 1923 impuso la dictadura, con la aprobación del rey.

CONCLUSIÓN:
Como hemos visto, el período que se inicia en 1902, con el ascenso al trono de Alfonso XIII, y concluye en 1923, con el establecimiento de la dictadura de Primo de Rivera, se caracterizó por una permanente crisis política que puede explicarse por la conjunción de una serie de factores: la división de los partidos del “turno”, el debilitamiento del caciquismo (paralelo al desarrollo urbano e industrial del país), el desarrollo de la oposición política (republicanos, nacionalistas y partidos y sindicatos obreros); a los que hay que sumar el intervencionismo político del propio Alfonso XIII cuyo apoyo a los sectores más conservadores del ejército culminó en la Dictadura de Primo de Rivera, que al contar con el beneplácito de la monarquía fue un elemento clave en el desprestigio de la monarquía y la proclamación de la República en 1931.

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