LAS RAÍCES HISTÓRICAS DE ESPAÑA
1.
LA
PREHISTORIA DE LA PENÍNSULA IBÉRICA
1.1.
El
proceso de hominización
Las muestras más antiguas de la existencia
de grupos de género Homo en la Península han aparecido en los yacimientos
de Atapuerca (Burgos). Algunos de los restos humanos hallados allí (una
mandíbula) se remontan a 1,2 millones de años. Las características de los
restos encontrados en la Gran Dolina (800.000 años) han permitido a los
paleontólogos determinar que se trata de una especie nueva, denominada Homo
antecessor. Este Homo es, sorprendentemente, una especie parecida a la
nuestra, aunque su capacidad craneal era menor. Al parecer se trataba de un
antepasado común tanto para nuestra especie como para los neandertales.
Por lo que sabemos de momento, desde el Homo antecessor hasta la aparición de
restos de su inmediato sucesor transcurrieron casi 500.000 años. En efecto, el Homo
heidelbergensis, cuyos restos también se han encontrado en Atapuerca,
vivió en la Península hace unos 350.000 años. En Atapuerta se han hallado
numerosos fósiles de unos 30 individuos, entre ellos un cráneo completo y una
pelvis.
Este tipo humano fue un ancestro del neandertal
(Homo
sapiens neandertalensis), mucho más extendido por la Península –Cova
Negra (Játiva), Bañolas (Girona), Gibraltar, El Sidrón (Asturias), etc.– y que
habitó en ella entre el 230.000 y el 20.000 a.C. aproximadamente. Sus
características eran la robustez, la baja estatura y la elevada capacidad craneal
(1.450 cm³). Era una especie bien adaptada al frío y vivían en grupos con una
cierta organización social. Conocieron el fuego y practicaron ritos funerarios.
El Homo sapiens sapiens llegó a la península Ibérica hace unos
40.000 años, por lo que convivió algunos miles de años con los neandertales
hasta que estos se extinguieron. No obstante, parece que nunca llegaron a
mezclarse con ellos. El Homo sapiens
se extendió también por toda la Península, llegando incluso a los archipiélagos
balear y canario.
1.2.
Las
sociedades paleolíticas
Las sociedades paleolíticas vivían de la caza,
el carroñeo, la recolección de frutos y moluscos, y la pesca. Se
trataba de una economía depredadora. Estas actividades obligaban a los grupos
humanos a un constante nomadismo al tener que seguir a los
animales. En aquel momento, la caza era abundante; poblaban la Península
numerosas especies de grandes herbívoros adaptadas al clima frío y húmedo
–bisontes, uros, renos, etc.
Los progresos tecnológicos permiten
establecer las etapas del Paleolítico.
§ En el Paleolítico
Inferior las herramientas eran de piedra trabajada toscamente.
§ En el Paleolítico
Medio la talla de la piedra mejoró y apareció la especialización
instrumental (puntas, raederas, cuchillos, etc.).
§ En el Paleolítico
Superior aparecieron nuevos materiales –huesos, astas de animales,
conchas marinas– y se perfeccionó la talla de la piedra.
Los individuos se reunían en pequeños
grupos con una organización social muy elemental, aunque fue ganando en
complejidad con el tiempo. Habitarían probablemente en cobijos circunstanciales
y de forma temporal. Solamente a partir del Paleolítico Medio habitaron también
en cuevas;
para ello fue necesario primero dominar el fuego, como hizo el
Neandertal.
También se han encontrado muchos yacimientos
al aire libre, desde hábitats estacionales –vinculados a la trashumancia– hasta
otros más permanentes.
No se sabe demasiado sobre las creencias
espirituales. Parece que el primero en enterrar a los muertos fue el
Neandertal, ya en el Paleolítico Medio.
Ø
El arte
rupestre
Los habitantes de la
península Ibérica desarrollaron durante el Paleolítico Superior (hacia el
25.000 a.C.) unas importantísimas manifestaciones artísticas en la zona
cantábrica: es el llamado arte rupestre cantábrico. En España destacan
las cuevas de Altamira, El Castillo y Tito Bustillo. Las pinturas se han
relacionado con una motivación mágica (favorecer la caza) o religiosa
(cuevas-santuarios). Los rasgos de estas pinturas son:
§ Presentan
un acusado naturalismo, aunque también aparecen algunos elementos abstractos.
Predominan las figuras de animales.
§ Son
pinturas policromas.
§ No
existen escenas compuestas, sino que se dibujan animales individuales.
§ Se
localizan principalmente en cuevas profundas y oscuras.
Más tarde, entre el
Mesolítico o Epipaleolítico[1] y los
inicios del Neolítico (7.000-4.000 a.C.) apareció el llamado arte
rupestre levantino. Se localizó en la vertiente mediterránea desde
Cataluña hasta Murcia (Valltorta, en Castellón; Cogull, en Lleida; Bicorp, en
Valencia, etc.).
Estas representaciones
muestran modos de vida cazadores-recolectores, pero que ya estaban siendo
influidas por la difusión del Neolítico. De hecho, algunas escenas plasman
domesticación de animales, trabajos agrícolas, etc.
Estas manifestaciones
artísticas son muy distintas a las de la zona cantábrica.
§ Son
figuras principalmente humanas, pintadas de forma estilizada y esquemática y
con cierto grado de abstracción.
§ Son
monocromáticas o se utilizan pocos colores: ocre y negro.
§ Representan
escenas muy variadas: enfrentamientos armados, cacerías, recolección de miel,
danzas, etc. Suelen tener un sentido narrativo.
§ Se
localizan en abrigos rocosos relativamente bien iluminados.
1.3.
Las
sociedades neolíticas (5.000-2.500 a.C.)
El Neolítico se caracterizó porque los seres
humanos producían su propio alimento. La agricultura y la ganadería
fueron las tareas principales y aparecieron otras actividades nuevas:
elaboración textil, fabricación de cerámica, pulimiento de la piedra, etc. La
necesidad de vivir junto a los cultivos fomentó la aparición de poblados
estables y del sedentarismo.
El origen de estos cambios se encuentra en
la llegada a las costas mediterráneas de pueblos de Oriente Próximo. Desde el
litoral, el proceso de neolitización se fue extendiendo al resto de la
Península. Más tarde, se produjo también la llegada de influencias neolíticas a
través del continente europeo.
El Neolítico peninsular se suele dividir en
dos etapas:
§ En una
primera fase (5.000-3.500 a.C.) los asentamientos se realizaron en cuevas
y se desarrollaron fundamentalmente en la costa mediterránea, desde Cataluña
hasta Andalucía –cuevas de Fontmajor (Cataluña), L´Or y Sarsa (Comunidad
Valenciana), Nerja (Andalucía), Sima de la Serreta (Murcia)–. Se desarrolla la cultura
de la cerámica cardial, caracterizada por su decoración impresa con
conchas de berberecho (cardium edule).
§ En una
segunda fase (3.500-2.500 a.C.) aparecieron verdaderos poblados que
ahora se situaron en zonas más llanas y adecuadas para el cultivo. En el
sureste peninsular este periodo final es conocido como cultura de Almería.
Mientras, en Cataluña se desarrolló la llamada cultura de los sepulcros de fosa,
caracterizada por la presencia de necrópolis.
El desarrollo de la tradición funeraria se
manifestó en la aparición del megalitismo. Se trata de culturas
que construían monumentos para enterramientos colectivos. En la Península
predominan el dolmen, el sepulcro de corredor y el tholos –un sepulcro de
corredor con una falsa cúpula.
Los cambios sociales y económicos fueron muy
importantes. A la agricultura y la ganadería se unió la aparición del comercio y
de la minería. Todo ello exigía una organización social más compleja,
determinada por la división del trabajo y por el control del excedente alimentario.
Estos factores contribuyeron al surgimiento de una primera jerarquización
social.
1.4.
Las
culturas de los metales
La aparición del trabajo de los metales
marcó un hito tecnológico esencial. Esta etapa se ha divido en tres edades en
función del metal predominante.
§ La Edad
del Cobre o Calcolítico es la más antigua. En la Península comenzó en torno
al 3.000 a.C. y terminó hacia el 1.700 a.C. En los yacimientos han aparecido
utensilios como puñales, agujas, puntas de flecha, etc. Proliferaron monumentos
megalíticos y aparecieron poblados amurallados. Las culturas más importantes
fueron la de Los Millares (Almería) y la cultura del vaso campaniforme.
§ La Edad
del Bronce aparece en la Península hacia el 1.700 a.C. y declina hacia
el 1.000 a.C. El bronce supuso un notable avance respecto al cobre. En los
yacimientos son abundantes las armas y las piezas de orfebrería. Los grupos
sociales se fueron haciendo más complejos. Los poblados se agrandaron mediante
un cierto ordenamiento urbanístico. Destacan las culturas de El
Argar (Almería); la de los campos de urnas (valle del Ebro,
Cataluña, Comunidad Valenciana), y la megalítica de las islas Baleares,
representada por talayots, navetas, taulas, etc.
§ La Edad
del Hierro comenzó en la Península en torno al 1.000 a.C. En esta etapa
se inició el período propiamente histórico de la mano de los celtas y de los
primeros pueblos colonizadores: fenicios, griegos y cartagineses.
ACTIVIDADES DE REFLEXIÓN Y CONSOLIDACIÓN:
1.
¿Cuáles son los restos humanos más antiguos de la Península? ¿Cuál es su importancia?
2.
Busca información sobre alguna de las teorías que explican la extinción del
hombre de Neandertal.
3.
Enumera las principales consecuencias que se derivan del paso de una economía
depredadora a otra productora para las sociedades neolíticas.
[1] Mesolítico
o Epipaleolítico: Período
prehistórico intermedio que marca la transición entre el Paleolítico y el Neolítico.
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