TEMA EBAU: LA GUERRA CIVIL
Introducción.- La Guerra Civil (1936-39) supuso el fracaso
del proyecto republicano de vertebrar un régimen político basado en la
democracia. En su origen está el progresivo abismo que se fue abriendo entre
“las dos Españas”, la de los viejos grupos dominantes y la de las nuevas clases
emergentes que desean un estado democrático y mayor justicia social. Cada intento
de afrontar los males estructurales de
España (propiedad de la tierra, condiciones laborales, reforma de la enseñanza,
desvinculación Iglesia-Estado, descentralización administrativa y concesión de
estatutos de autonomía…) era visto como una agravio por terratenientes, empresarios, militares,
iglesia… La aparición en Europa de sistemas políticos dictatoriales (fascista y
nazi a la derecha y soviético a la izquierda) acabó por radicalizarlas y
enfrentarlas.
Desarrollo.-
Alzamiento.- Los resultados electores (febrero de 1936) no
contentaron a los partidos de derechas, los cuales, junto con un amplio sector
del ejército, comenzaron a planificar un golpe de estado. Los asesinatos de
Castillo y, en especial, el de Calvo Sotelo (13 de julio) precipitaron los
acontecimientos. El Alzamiento Nacional (denominación franquista) se inició en Marruecos
el 17 de julio de 1936 y se extendió a la Península en los días siguientes. Inicialmente
sólo triunfó en las zonas agrarias donde predominaba la derecha: Álava, Aragón, Castilla y León, Galicia, Baleares
(menos Menorca), Navarra (región de fuerte implantación carlista), norte de
Extremadura, Canarias y el protectorado marroquí. También triunfó en Sevilla desde
donde se extendió por Andalucía
occidental, y en ciudades aisladas del
resto de la zona nacional, como Zaragoza, Granada y Oviedo. El resto se mantuvo
fiel a la República. Esta situación condujo a la guerra.
La acción de los gobiernos.- La situación de
partida era ligeramente favorable a la España republicana, pues estaban bajo su
control las ciudades más importantes desde el punto de vista económico y
demográfico (Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Málaga), así como todas las
regiones mediterráneas y la mayor parte de la cornisa industrial cantábrica,
así como la mayor parte de la aviación y la marina. Sin embargo no la aprovechó
por la división interna de las fuerzas republicanas (guerra o revolución) y la
lentitud de reacción del Gobierno, que no atendió la petición de armas por
parte de los comités obreros para parar a los sublevados y minimizó la
rebelión. Por el contrario, en el bando
sublevado desde el principio hubo unidad de mando lo que le permitió actuar con
rapidez y llevar la iniciativa, enviando soldados y material desde Marruecos y enlazar las zonas que controlaba (Sevilla
con Granada, el Ejército del Sur con el del Norte a través de Badajoz).
Tras una serie de errores estratégicos graves (no dificultar el
paso del ejército del norte de Marruecos a la península) el bando republicano
se fue organizando. Se formó un gobierno de concentración presidido por Largo
Caballero (más tarde sustituido por Negrín), que creó un
único Ejército Popular y dirigió de forma coordinada los esfuerzos bélicos de
la República acabando así con el desorden interno que había hecho que hasta entonces cada
partido político o sindicato realizase la defensa por su cuenta. La desesperada
defensa de Madrid contra el ataque de los nacionales fue un éxito de este nuevo
ejército. A partir de ese momento, los frentes se estabilizaron.
La internacionalización del conflicto.- El fracaso de los
nacionales en su afán por conquistar la capital madrileña hizo evidente que la
guerra sería larga. Se recurrió a la ayuda extranjera para proveerse de
armamento y víveres. Francia e Inglaterra (democracias), defendieron
la política de “no intervención” e impulsaron la consitución de un “Comité de
no intervención”, por el que la mayoría de los países se comprometían a no
enviar soldados ni armamento a ninguno de los dos bandos. En la práctica, fue
papel mojado, pues hubo una activísima participación extranjera. El bando
nacional obtuvo tropas y material bélico de Alemania e Italia (país
que envió entre 70.000 y 100.000 soldados); contó con unos 100.000 marroquíes
y con el apoyo de Portugal (dictadura de Oliveira Salazar). Por su parte, el bando
republicano consiguió armamento e instructores militares de la Unión
Soviética, además de las Brigadas Internacionales (voluntarios
de distintos países, entre 40.000 y 60.000 soldados). Sólo la intervención permite
comprender la larga duración del conflicto español.
Las principales
fases del conflicto son:
1936: inicialmente los esfuerzos se centra en
enlazar los territorios donde el alzamiento había triunfado: oeste de Andalucía
(Sevilla-Granada) y avanzar por Castilla La Mancha, Extremadura y Salamanca. El
siguiente objetivo fue intentar ocupar Madrid (campaña de noviembre), hacía
donde enviaron los ejércitos del Norte (desde Navarra) dirigidos por Mola y
desde el SW dirigido por Franco. Pero Madrid resiste gracias a la resistencia
popular (“no pasarán”) y al apoyo de las Brigadas Internacionales. Por parte
republicana se intenta la toma de Zaragoza desde Cataluña, pero también es un
fracaso.
En 1937, tras el fracaso de Madrid, las tropas
nacionales emprenden la campaña del norte y toman Asturias, Cantabria
y País
Vasco (bombardeo de Guernica por parte de la aviación alemana). Todo el
Cantábrico queda bajo control de los sublevados. En el sur toman Málaga.
Otro sucesos destacables son el fracaso del nuevo intentó por ocupar Madrid
cortando sus comunicaciones por el este
(batallas
del Jarama y de Guadalajara) y el fracaso de las
ofensivas republicanas (batallas de Brunete y Belchite).
En 1938 los
nacionales lanzan su ofensiva hacia el Mediterráneo. Ocupan Vinaroz
(Castellón), dividen la zona republicana aislando a Cataluña. Como respuesta los
republicanos lanzan por sorpresa una ofensiva y en verano tiene lugar la batalla
del Ebro, la más sangrienta y larga (cuatro meses). Pero tras la
sorpresa inicial la victoria fue para el bando nacional. La República quedó
extenuada y dividida en dos zonas.
1939 fue una
larga agonía. En enero Cataluña
es ocupada y se produce un éxodo de decenas de miles de exiliados hacia
Francia. Sólo quedaban en poder de la República Madrid, la Meseta Sur y el Levante.
En Madrid se formó una Junta de Defensa (dirigida por el
coronel Casado) para negociar las condiciones de la rendición, a la que se
opusieron los comunistas. La respuesta del “Caudillo” fue negativa, deseaba una
rendición sin condiciones. La división entre partidarios y contrarios a
continuar la lucha permitió a las tropas nacionales ocupar sin apenas
resistencia las últimas ciudades (Madrid el día 28 de marzo; Valencia, Alicante
y Cartagena el 31). El 1 de abril Franco firmaba su último parte de
guerra.
Consecuencias.- la guerra fue un desastre económico (hasta
bien entrados los años cincuenta no se recuperaron los índices de producción
anteriores a 1936); unas 500.000 viviendas destruidas, carreteras y
ferrocarriles destrozados, reducción de más del 40 % de la cabaña ganadera,
pérdidas en el patrimonio cultural y artístico, pérdida de las reservas de oro
del Banco de España. Demográficamente, pese a las discusiones entre
historiadores, se baraja una cifra cercana a los 500.000 muertos (no sólo
combatientes, sino también población civil que sufrió los bombardeos de pueblos
y ciudades así como la represión). Cifra a la que hay que sumar los
exiliados (más de 400.000) entre los que figuran gran
número de intelectuales y científicos lo que empobrece la vida cultural del
país-
CONCLUSIÓN.- El golpe militar triunfó sólo en una parte del
país, por lo que éste se dividió en dos bandos irreconciliables que se
enfrentaron durante casi tres años. El acierto en la estrategia del bando
nacional, su unidad en torno al ejército y a la figura del general Franco, y la
ayuda efectiva que recibió de las potencias fascistas (Italia y Alemania), son
factores decisivos para comprender el triunfo final sobre su oponente, el bando
republicano, el cual se caracterizó por la inexperiencia bélica, el desorden interno
y la falta de unidad. Las consecuencias de la guerra fueron
catastróficas: un gran número de víctimas, el exilio de muchos miles de
republicanos, el hambre causada por la destrucción y la implantación de un
régimen dictatorial que duró 36 años (1939-1975). Desde un punto de vista La Guerra
Civil puede considerarse como un ensayo de la Segunda Guerra Mundial, tanto
por las fuerzas políticas que se enfrentan, como por el tipo de armas y
tácticas que se usaron.
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