LOS REYES CATÓLICOS: CONSTRUCCIÓN
DEL ESTADO MODERNO
Introducción.En
el tránsito de la Edad Media a la Edad Moderna, el reinado de los Reyes
Católicos constituye una de las etapas más decisivas de la historia de España.
Diversos acontecimientos producidos en ese periodo corroboran esa afirmación:
se asientan los cimientos para la creación de un futuro estado español; se
consolida el sistema de monarquía autoritaria; se produce
una gran expansión territorial e imperialista por el Atlántico (cuya
culminación es el descubrimiento de América), a la vez que se acentúa la tradicional
política expansiva de la Corona de Aragón por el Mediterráneo; acaba el último
reducto político del Islam con la conquista del reino nazarí; se
incorporan a la corona hispánica los territorios del reino de Navarra,
las islas Canarias y la plaza de Melilla; se pretende lograr la unificación
religiosa en torno al cristianismo, por lo que fueron expulsados los
judíos; nace la moderna Inquisición; y la lengua castellana consigue su
“mayoría de edad” con la publicación de la primera Gramática, etc.
La unión
matrimonial de Isabel I (reina de Castilla desde 1479 hasta 1504) y Fernando
II (rey de Aragón entre 1479 y 1516) se había producido en 1469.
El título de Reyes Católicos lo obtuvieron del papa valenciano Alejandro VI. Se
plasmaba así la unión dinástica de las coronas de Aragón y Castilla, lo cual
constituiría la base de la futura unificación política española. No obstante,
la unión personal de los dos monarcas no suponía en absoluto la creación de un
solo estado compuesto por la suma de Aragón y Castilla; antes bien, éstos
siguieron constituyendo dos reinos independientes, cada uno con
sus propias instituciones y signos de identidad: moneda, lengua, cortes,
aduanas, etc. Los aragoneses eran extranjeros en Castilla y viceversa. En la
práctica, Fernando intervino más en los asuntos castellanos que Isabel en los
aragoneses. También recayó principalmente en el rey aragonés la estrategia a
seguir por ambos estados en cuanto a la política exterior. Sin embargo Castilla
era el estado más extenso, más rico y más poblado (unos 7 millones de
habitantes frente a sólo un millón de Aragón). Esta posición de predominio
explica que la futura creación del estado español se cimente sobre la base del
reino castellano.
- La política interior
En Castilla, que
era el territorio más poderoso, sus instituciones eran similares en todo el
reino y más fácilmente controlables por el poder real. Esto explica la
preferencia de ambos reyes por este reino. En la Corona de Aragón el poder del
rey estaba más limitado que en Castilla, pues cada uno de los tres reinos
disponía de sus propias instituciones. Así pues, la supremacía de Castilla
acabó favoreciendo la difusión de sus costumbres, leyes y lengua por el resto
de los territorios.
La política
interior de los Reyes Católicos tenía como objetivo fortalecer los poderes del
Estado. Para ello crearon organismos nuevos, como la Santa
Hermandad (1476), que actuó en Castilla. Su finalidad era mantener el
orden en los caminos, pero en algunos conflictos (la guerra de Granada) también
actuó como un ejército al servicio de los reyes.
En la misma
línea de reforzamiento del Estado se debe situar su intento de mantener a la
Iglesia sometida a su autoridad. Los Reyes Católicos consiguieron del papado
que la Inquisición española dependiera de la monarquía y no de Roma.
También intentaron revitalizar las regalías, que suponían, entre otras
cosas, un control en el nombramiento de obispos.
Pretendieron
también mejorar ciertos aspectos de la vida eclesial: corregir las desviaciones
de los cargos eclesiásticos y mejorar su formación. Esta política de los Reyes
Católicos alcanzó algunos éxitos con la ayuda de clérigos reformadores como el cardenal
Cisneros.
Otro de los
elementos que configuraron la política interior de los monarcas fue la
consecución de la unidad religiosa. Ambos reyes pretendieron que todos sus
súbditos practicasen la misma religión, y para ello se creó el Consejo de la
Suprema Inquisición (1478). La Inquisición española fue también un medio para
reforzar el poder real en toda la monarquía, porque era la única institución
que tenía jurisdicción tanto en Castilla como en Aragón y que dependía directamente
de los monarcas.
El uniformismo
religioso se concretó en la expulsión de los judíos decretada
por los monarcas en 1492. Afectó a unas 70.000 personas, de las que la mayor parte
se exilió a Portugal, Marruecos y diversas ciudades europeas. Los judíos
sefardíes[1]
mantuvieron viva su cultura durante muchos siglos. Otros 50.000 judíos optaron
por convertirse al cristianismo para permanecer en España; sin embargo, esto no
supuso el fin de sus problemas, ya que fueron vigilados y perseguidos por la
Inquisición.
La persecución
de los mudéjares también comenzó pronto; en 1499, tras una rebelión
musulmana en la Alpujarras, se produjo un bautismo forzoso y masivo. Poco más
tarde serían expulsados de Castilla (1502) y de Aragón (1526). Se lograba
así el objetivo de los Reyes Católicos de conseguir un Estado más homogéneo,
cohesionado por el factor religioso.
Los Reyes
Católicos no unificaron las estructuras políticas de sus reinos y tuvieron que
mantener intacta la legislación foral y las instituciones de cada reino. Pero
intentaron reforzar los organismos que favorecían su poder real y aplicar una política
autoritaria y centralizadora.No obstante, en la Corona de Aragón la
actuación fue mucho menos efectiva que en la de Castilla, ya que sobrevivía el
pactismo y las instituciones forales imponían restricciones a la actuación de
los reyes.
La política
institucional que emprendieron los Reyes Católicos se orientó a crear una
monarquía autoritaria y fuerte frente a los otros grandes poderes: la nobleza,
la Iglesia y las ciudades. Pretendían socavar los privilegios políticos de
estos grupos y hacer más efectiva la administración del Estado. Para ello
reformaron instituciones ya existentes, especialmente en Castilla:
§
En
las Cortes
de Toledo de 1480 se reorganizó el Consejo
Real de Castilla, que se constituyó en el principal órgano de gobierno.
Se profesionalizó la institución y, aunque nobles y eclesiásticos formaban
parte de ella, los monarcas introdujeron en su composición funcionarios con
formación jurídica. Con esta medida la aristocracia perdió influencia política.
Sus funciones eran muy amplias: desde tribunal supremo hasta órgano asesor del
rey en cuestiones internas y externas, hacendísticas, etc. Existían también
otros consejos (de Aragón –creado en 1494–, de Navarra, de las Indias, de la
Inquisición, de Hacienda y de las Órdenes Militares). Todos estos consejos
conformaban el llamado Sistema Polisinodial, que fue
completado durante los siglos XVI y XVII.
§
Se
crearon nuevos cargos. Los secretarios reales eran funcionarios
reales con formación en leyes y de la confianza de los monarcas, que efectuaban
tareas de conexión entre los consejos y los reyes. Los virreyes eran los
representantes de los soberanos en los territorios en los que estos no se
hallaban presentes –Navarra, Aragón, Valencia, etc.
§
Se
redujo el papel de las Cortes de Castilla. Su importancia política fue decayendo, ya que
algunas de sus funciones fueron asumidas por los consejos. Sus reuniones se
espaciaron y solamente se convocaban para jurar el heredero al trono o para
aprobar subsidios extraordinarios.
§
En
la administración municipal castellana se revitalizó el cargo de corregidor.
Era un puesto de designación real que gobernaba las ciudades con competencias
administrativas, judiciales y militares. Su actuación limitó la autonomía de
los municipios y el poder de las oligarquías locales, lo cual favorecía la
autoridad real.
§
Se
reorganizó
el sistema judicial, escalonando la importancia de los tribunales: los
corregidores a nivel local, las Chancillerías o Audiencias a nivel regional
(Valladolid y Ciudad Real, luego Granada) y el Consejo Real de Castilla
(tribunal supremo)
En la Corona
de Aragón las reformas tuvieron menos importancia. Destacaron la
introducción de la figura del virrey –y del sistema de insaculación[2]
para elegir los cargos municipales. Pero la introducción de la Inquisición
reforzó el poder real, ya que estaba bajo el control de los monarcas y tenía
amplias competencias.
- La política exterior
La política
exterior de los Reyes Católicos estuvo presidia por la consecución de tres
grandes objetivos:
§
La
unificación
de la península Ibérica. El primer acto consistió en la conquista del
reino nazarí de Granada (1492), que fue una continuación del espíritu de
reconquista y se justificó como una cruzada contra los musulmanes. Las
hostilidades se iniciaron en 1482 y se prolongaron hasta 1492, fecha de la toma
de la capital del reino nazarí.
El segundo paso de este proceso
fue la conquista de Navarra, un territorio disputado entre los Reyes Católicos y
Francia. El rey Fernando anexionó el reino a Castilla en 1512, aunque siguió
conservando sus instituciones y sus fueros. Por último, la política hacia Portugal
fue la del acercamiento mediante enlaces matrimoniales.
§
La
continuidad de la expansión hacia el Mediterráneo y hacia el Atlántico. En el
Mediterráneo el objetivo principal fue frenar los intentos franceses de ocupar
el reino
de Nápoles, que quedó integrado definitivamente en la Corona de Aragón
en 1503. Otro centro de interés en el Mediterráneo era el norte de África. En esta
zona se conquistaron diversos enclaves: Melilla en 1497, Orán y Trípoli hacia
1510, etc. Con estas conquistas se pretendía evitar las actividades de los
piratas berberiscos y detener el avance turco por el Mediterráneo occidental.
En el Atlántico, la política de
los Reyes Católicos se orientó a completar la conquista de las islas
Canarias, enclave estratégico en las rutas comerciales hacia África y,
desde 1492, hacia Asia y América. La completa anexión del archipiélago a
Castilla se produjo en 1496.
La política atlántica de la
monarquía culminó con el descubrimiento de América en 1492 y la incorporación
paulatina de todas estas tierras a la Corona de Castilla.
§
El
establecimiento de una diplomacia determinada por el enfrentamiento con Francia.
Los intereses de ambos reinos se enfrentaban en Navarra, en el Rosellón y la
Cerdaña, y en Italia. Por ello, la corona española buscó aliados contra
Francia. Entre estos destacaron Inglaterra, el papado y el Sacro Imperio. Tanto
con Inglaterra como con el Sacro Imperio se sellaron alianzas matrimoniales.
Así, por ejemplo, se concertó el matrimonio entre Felipe el Hermoso, hijo del
emperador Maximiliano de Austria, y Juana de Castilla, hija de los Reyes
Católicos.
Conclusión.El reinado de los Reyes Católicos marcó un
antes y un después en la Historia de España. Se inicia con una guerra civil
interna y termina con una monarquía fuerte, que integra los poderes rivales de
nobleza e iglesia, y consiguen cimentar una política exterior que sitúa a
España en el centro de la toma de decisiones de Europa. Además, unifican un
territorio al amparo del reino más fuerte del momento, Castilla, y sientan las
bases para las futuras incorporaciones de Navarra y Portugal. Además, consiguen
proyectarse hacia el norte de África y, sobre todo, descubren un “filón”
inagotable que será América. Todos estos logros también están mezclados con
aspectos más discutibles, como será la uniformidad religiosa que perseguirá y
eliminará los grupos judío y musulmán.
[1]Sefardí: judío descendiente de los judíos españoles
desterrados en el siglo XV. Ellos llamaban a España con el nombre de Sefarad.
[2]Insaculación: sistema de elección de cargos que consistía en la
introducción en un saco o bolsa de los nombres de los aspirantes para, después,
extraer por suerte uno o varios de ellos. En la Corona de Aragón se insaculaba
a las personas de una lista previamente aprobada por el monarca.
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