martes, 23 de diciembre de 2025

2025-26- Una reflexión sobre el papel del profesorado en la enseñanza actual. Ratios, dignidad y futuro: el profesorado no es una pieza del sistema, es quien lo hace viable

 Ratios, dignidad y futuro: el profesorado no es una pieza del sistema, es quien lo hace viable 

 Sobre la importancia del papel de un docente y el valor de su compromiso e implicación

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Tras visualizar este vídeo he creído necesario hacer la siguiente reflexión:

Es necesario que el profesorado despierte, que abandone cualquier tentación de acomodamiento y vuelva a reconocerse como un colectivo con fuerza moral, capacidad de influencia y responsabilidad social. No podemos permitir que la rutina, el cansancio o la resignación nos silencien. Somos una comunidad profesional que educa, forma ciudadanos, orienta conciencias y acompaña procesos vitales decisivos. En un mundo atravesado por desigualdades, violencia, discursos de odio, precariedad emocional y crisis de valores, el profesorado no puede permanecer al margen. Necesita levantar la voz, implicarse y recordar que su papel es profundamente transformador.

El docente no es solo quien explica una materia; es quien abre caminos, quien ofrece horizontes, quien acompaña dudas y fortalece esperanzas. Su compromiso atraviesa el aula y se proyecta sobre la sociedad. Por eso, cuando exige mejores condiciones laborales, no está reclamando privilegios, sino defendiendo un derecho colectivo: el derecho de los alumnos a recibir una educación digna. Luchar por horarios razonables, ratios justas, estabilidad, recursos suficientes y tiempos reales para preparar, atender, reflexionar e innovar es luchar por una escuela que cuide, que piense y que eduque de verdad.

Un profesor que se implica en la mejora del sistema educativo demuestra que entiende la trascendencia de su tarea. Sabe que sin condiciones adecuadas es imposible atender a la diversidad, evitar el abandono emocional del alumnado, acompañar procesos personales complejos o desarrollar propuestas pedagógicas profundas. Su reivindicación es ética, no corporativa. Es la voz de quien sabe que la educación no es una fábrica de resultados ni una maquinaria burocrática: es un espacio humano, cultural y social donde se construye el futuro.

La implicación docente también significa asumir una postura crítica ante los problemas del mundo actual: desigualdad, violencia de todo tipo, banalización de la verdad, deterioro democrático, crisis climática, pérdida de referentes éticos. El profesorado tiene la capacidad —y el deber— de ofrecer reflexión, ejemplo, coherencia y espíritu crítico. Debe ser referente de compromiso, no solo dentro de su asignatura, sino en su manera de estar en la escuela y en la sociedad.

Cada reivindicación justa, cada gesto de dignidad profesional, cada defensa del valor de la educación, fortalece el tejido democrático y social. Un docente consciente de su misión, que no se resigna, que se organiza, que exige respeto y medios, contribuye a dignificar la escuela y a proteger el futuro de quienes hoy aprenden en ella. Porque defender al docente es defender la educación. Y defender la educación es defender la humanidad que queremos ser.


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